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miércoles, 3 de septiembre de 2014

El campo de naranjas en La Barraca d'Aigües Vives

Pensando en qué escribir, que pueda resultar interesante, agradable y provechoso, he descubierto un filón para ir sacando artículos. Voy a hablar de gente y sus carreras laborales. Los ejemplos que me son más fáciles de describir son los de mi familia, así que este artículo va dedicado a poneros en situación sobre cómo es mi familia y a qué se dedica.

En mi familia más cercana tenemos tierras, campos de naranjos que mi tío Pascual se encarga de tener en plena producción. Hasta la generación de mis abuelos se dedicaron a cultivar la tierra. Por parte de padre, se dedicaban a la vendimia, eran jornaleros, y por parte de madre vivían en un huerto y llevaban las tierras del amo del huerto, que generalmente no vivía allí, sino en la ciudad.

Entre la familia de la parte de mi padre, ya nadie se dedica a la agricultura. En otros artículos os contaré más sobre ellos. Pero por parte de mi madre sí, y esto voy a contaros, de cómo he llegado a meterme entre naranjos.

Mi abuelo materno comenzó alquilando parcelas para cultivar berenjenas ralladas y poco a poco iba haciendo dinero y quedándose con tierras en las que puso naranjos. Así mis abuelos pudieron comprarse una casa y dejar de vivir en el huerto de otro. Contaban que aprovecharon su viaje de recién casados para ir a Barcelona y hacer negocios. Algo poco romántico, pero tengamos en cuenta que se casaron allá por el año 1951 y cuántos viajes se podía permitir la gente corriente por aquel entonces. Fue un viaje bien aprovechado.

Actualmente, tenemos un patrimonio que ya no da para vivir, pero que está ahí y nos da pena dejarlo yermo. Así que yo también colaboro un poquito. Me encargo de regar un campo de naranjos de 3 hanegadas de tamaño. Es el único que tenemos en la ladera de una montaña. Corre un viento que viene del mar y se está de bien...!!

Os cuento cómo va la cosa. El campo está organizado en escalones llamados bancales y el agua sube gracias a un motor. Usamos el método de riego a manta, así que yo me encargo de guiar el agua por los canales abriendo y cerrando tapones para ir regando las tablas de una en una. Me tiro así unas 3 horas, sentada en el canal remojándome las piernas en agua fresquita, tocando el barro y quitando naranjas que se deforman o se quedan pequeñas. Este agradable ritual se repite todos los veranos cada 15 días y da gusto ver que cada vez las naranjas están más grandes. Me embobo con las vistas y el agua arrastrando las hojas secas. Espero estar dándoos un poquito de envidia (pero de la sana). Si es así, estáis invitados a veniros.

Pero regar no es siempre tan bucólico. La próxima vez no estaré tan relajadita porque arreglaré los caballones, que en algunos puntos se sale el agua. Y de paso quitaré alguna mala hierba que se ha colado. Hay que revisar bien todos los tapones, porque el canal de agua es de más gente y de una vez para otra, el agua está encaminada de forma distinta. Una vez regué el campo del vecino y como habían regado el día anterior, el agua corría montaña abajo. Qué vergüenza y qué destrozo. Casi les entra a la casa. Otra vez con las prisas me resbalé, caí de culo y me llené de barro. Y es que el agua estaba llenando un hueco donde al fondo había un tapón que tendría que estar abierto. Y costó un montón abrirlo con tanta agua encima. Menos mal que nunca voy sola.


Muchos vecinos tienen casa allí. Son casitas con terraza debajo de varias moreras que hacen sombra. Y se está de bien!! Y yo quiero eso, aunque está difícil. De todas formas, me imagino dentro de 30 años pasando los domingos tumbada a la sombra de unas moreras después de zamparnos una paella a leña mmmm. Eso es vida. Además, me rondan por la cabeza algunas ideas para pluriemplearme y ganarme un dinerillo con este trozo de tierra que me tocará en herencia.

Vosotras cómo disfrutáis del campo? Tenéis época agrícola en vuestra historia?

10 comentarios:

  1. Claro que estarías muy bien de mayor cobijada bajo la sombra de la naturaleza, es más, lo estarías ahora también. Y ¿te puedes comer las naranjas o las vendéis? Biquiños!

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    1. Por ahora no me puedo permitir construir ninguna casita de campo, por eso es algo que veo a largo plazo. Las naranjas se venden, super baratas, pero se venden. Se las llevan todavía verdes al centro y norte de Europa. Nosotros acabamos comiéndonos las naranjas defectuosas, que total, están igual de buenas, pero que no las quieren para la venta. Todos los años tenemos naranjas hasta pascua, porque las mantenemos en el árbol y aguantan más. Cogemos un cajón y pa casa. Y me pongo morá a zumo recién exprimido. 2 naranjas, 1 vaso. Así estoy, que en invierno apenas me resfrío.
      Besos!

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  2. Mi experiencia con el campo se reduce al jardín de mi casita, que tiene de momento más piedras que tierra, así que me temo que tardaré años en cultivar algo. Un beso.

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    1. En este campo también había muchas piedras, pero poco a poco las hemos ido quitando. Sacábamos carretillas llenas de piedras. Algunos campos de alrededor todavía las tienen y es una barbaridad la de piedras que había. Super incómodo para trabajar, pero muy buen ejercicio para ir quitando piedrecitas. Luego da un hambre... Jajajaja. Mucho ánimo con ese jardín.

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  3. Qué bonito!!! En mi familia ha habido antepasados ganaderos (aunque, claro, se pierde ese encanto de cultivar la tierra pero también tiene su aquél). Yo no tengo ninguna experiencia más que la de ir a montar a caballo y cosas así. Jajajaja. Pero la verdad es que admiro muchísimo el trabajo en el campo. Es muy agotador y no es para cualquiera. Un besote!!!

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    1. Yo también lo admiro mucho. Yo hago poca cosa, regar es de lo más suave que hay. Otras veces he ido a recoger naranjas o a quemar restos de poda, pero prefiero regar.
      Me parece precioso poder dedicarse a cultivar alimentos. Es una lástima que el que cultiva se lleve tan poco dinero, pero todo el mundo quiere ir a hacer la compra más barata. Además, está el que pasa al lado de un campo y aprovecha para coger unos cuantos frutos ya que las plantas no se chivan. Así le sale más barato incluso! Hoy en día, pocos jóvenes quieren ser agricultores o ganaderos.
      Gracias por tu visita!

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  4. Se te ha olvidado ya de paso dar la equivalencia de qué es una hanegada, porque yo, que soy de ciudad, ni idea.

    ¿Sabes de que me he acordado? Lo comparto, que me he puesto ñoñi. De pequeñas, con 5, 6, 7 años, mis padres nos enviaban en verano con mi abuela, que vivía en un pueblo de Almería.
    Recuerdo levantarme al alba, cuando empezaba a amanecer, con el fresquito de esas horas, y mi abuela nos montaba en un burrito y nos íbamos a recoger naranjas, yo juraría que eran naranjas, quizás me equivoque. No sé si los campos eran suyos o no, sé que tenían algunas tierras, pero entre los vecinos se ayudaban, así que también recogíamos almendra, y a veces robábamos manzanas jaja. Nunca se me ha olvidado aquella sensación de ir montada en el burro mientras se hacía de día.
    Besos

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    1. Pues yo tampoco sé cuánto es una hanegada, pero he ido a santa wikipedia y esto es lo que dice: http://es.m.wikipedia.org/wiki/Hanegada
      Qué bonito recuerdo el de tu infancia. Yo creo que a los niños les viene muy bien estar en contacto con la naturaleza. Mi abuela decía que los niños que juegan con barro están más sanos.
      Yo recuerdo la primera vez que vi un campo de girasoles. Me impresionó tanto que no dibujaba otra cosa durante una temporada. Girasoles everywhere!!
      Besitos!!

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  5. joer.. yo he tenido otra historia con la agricultura y los hortelanos.. digamos que he visto como han tenido que sudar y siguen sudando por algo que merece muchisimo esfuerzo y pocos beneficios, ya que son campos pequeños (a lo que llegue yo, que ya se dedicaba cada tío a su campo pequeño) se que mi abuelo tambien sufrio pero tenía mas beneficio.. pero luego mi padre se montó una tienda de frutas y verduras... y yo mato las plantas en verano cuando me dejan de supermegaencargada para regarlas.. vamos, que lo verde no es lo mío... eso sí, ves, la acelga me encanta.. si se hubieran dedicado a la acelga colaboraria.. pero vamos, que no... jajajjaja.. no es tan idilico el campo que conozco, a mi si que me has dado envidia por cierto... y como no es tan idilico lo que conozco no me gusta..

    lo que me ha hecho gracia es ver la diferencia de vocabularios.. lo de tabla, si que sé lo qeu es.. si es que lo llamamos a lo mismo, que yo creo que sí.. pero lo del tapon, creo que te refieres a algo que aquí se llama tajadera.. y respecto a lo de la hanegada.. creo que aquí sería algo así como:"maño, que campo más grande có!" jajjajajja..

    un besico ceciiiii

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    1. Joé, con lo atareada que vas y el comentario q te has currao. Muchas gracias.
      Yo sé que se sufre mucho. Se trabaja mucho para poder ir tirando y se reza mucho para que el tiempo acompañe. Yo de hecho no me dedicaría al campo. Pero lo poquito que hago lo disfruto.
      Ayer mismo llovió y en algunas zonas de Valencia cayó piedra. Pues ya estábamos mirando parriba con miedo de que nos estropeara la cosecha.
      Si quieres aclaramos eso del vocabulario:
      una tabla es el lugar que hay entre un caballón y otro.
      Un caballón es una hilera de tierra que se amontona para separar las tablas y así encaminar el agua.
      El tapón es el lugar por donde sale el agua del canal, que está hecho de ladrillo enlucido. Para cada tabla hay un tapón.
      Y eso, la hanegada parece ser que es lo mismo en tos laos.
      Un abrazo!!

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